Acabamos
de entrar en el 2012 y como cada inicio de año mi mente repasa los cambios que
he vivido, los buenos y los malos, pero como el 2011 ha terminado para mí igual
que comenzó se me hace una tarea muy aburrida. Por este motivo he decidido
hacer un repaso de lo que ha vivido el resto del mundo.
El
2011 ha sido un año muy intenso (para algunos). El año del conejo según el
horóscopo chino, ha sido designado el El Año
Internacional del Alzheimer en España y el de los Bosques según la ONU. Se
han cumplido 100 años del nacimiento de Mario Moreno “Cantinflas” (grande entre
los grandes, siempre lo recordaré con profunda admiración), 75 años del golpe
militar contra la Segunda República que desencadenó la Guerra Civil Española, y
10 de los atentados del 11 de septiembre.
Entre los titulares de todos los periódicos y
revistas que se publicaron el año pasado, se pueden encontrar aquellos que nos
hablan de la entrada en España de la Ley Antitabaco; de los atentados de Lorca
de 4.4 y 5.2 en la escala de Richter; de el movimiento 15-M; la crisis del
pepino (que ya les vale a los alemanes); la dimisión de Camps para centrarse en
su defensa en el caso Gürtel (que tal y como está saliendo el juicio, ya le
vale a él también); la Jornada Mundial de la Juventud presidida en Madrid por
Benedicto XVI; la erupción submarina en la isla de El Hierro; del cese
definitivo de la violencia por parte de ETA (esperemos que sea cierto); Mariano
Rajoy asumió la presidencia tras ganar el PP con mayoría absoluta y, lo más
preocupante a día de hoy, la elevadísima
tasa de desempleo en España.
De fuera
de nuestras fronteras destacan el triunfo de la Revolución Egipcia tras 18 días
de protestas por parte de los jóvenes que invadieron las calles del país; el
terremoto de Japón de 9.0 grados en la escala de Richter y el tsunami que
provocó el accidente nuclear en Fukushima; la beatificación de Juan Pablo II;
la Muerte de Osama Bin Laden a manos de las tropas estadounidenses; la
detención de Dominique Strauss-Kahn por delitos sexuales; los disturbios de
Londres; la muerte de Muamar el Gadafi a manos de los rebeldes tras 40 años de
dictadura y el fin de la Guerra Civil Libia; la dimisión de Berlusconi; el
fallecimiento del presidente de Corea del Norte Kim Yong-II que es sucedido por
su hijo y por supuesto, la crisis económica en la que están sumidos muchos
países entre ellos España.
Se apagó la voz de Amy Winehouse; la genialidad
de Steve Jobs; la valentía de Marco Simoncelli; se cerraron por última vez los hipnóticos
ojos de Elizabeth Taylor y el cine español lloró la pérdida de Juanito Navarro,
Augusto Algueró, Florinda Chico y María Isbert.
¿Cuántas cosas pasan en un año verdad?
Ahora ha llegado esa época en la que todos nos
preguntamos: ¿y este año qué? Pues bien, en mi caso, yo espero irme a trabajar
al extranjero porque aquí en España no hay manera. Antes recibíamos inmigrantes
de fuera y ahorra nos tocas a nosotros
emigrar para buscarnos la vida. A los jóvenes (y me incluyo) nos llaman la
generación perdida porque a pesar de tener estudios llevamos años buscando
nuestro primer empleo sin conseguirlo. Por cierto, ¿sabéis que el 10% de los
indigentes que nos encontramos por las calles arrebujados bajo mantas sucias y
polvorientas, escarbando en los contenedores para encontrar mendrugos de pan o
fruta podrida, esos mismos que son apaleados por delincuentes juveniles, tienen
estudios universitarios y experiencia de sobra para ejercer un trabajo “importante”?
Son gente como tú y como yo que por una cosa u otra se ven abocados a afrontar
una vida que nunca imaginaron que les tocaría vivir.
Los datos, los hechos, que vemos todos los días
en los medios de comunicación sobre nuestro futuro no asustan, acojonan que es
peor. Pero no podemos resignarnos a aguantar la que nos está cayendo. Cela dijo
una vez que quien resiste vence, y tenía razón.
Por eso yo me pregunto, ¿feliz y próspero año
nuevo? Pues no lo sé, pero habrá que intentarlo.
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