Entorno nuevo, vida nueva

Hace casi tres meses que no actualizo el blog y lo siento de veras pero tengo una buena excusa. Durante este tiempo he estado preparándome para venir a trabajar a  Keswick, en la región de Cumbria, Reino Unido. Hoy llevo casi dos meses trabajando en un pequeño hotel junto al lago Derwentwater.


Estos últimos tres meses mi vida ha sido un poco caótica. Me vine sin saber prácticamente nada de inglés y he descubierto que esas personas, amigos y conocidos, que han pasado por lo mismo que yo y me dijeron que en un mes ya puedes defenderte bastante bien mintieron descaradamente para mantenerme el ánimo en alto y que no me acobardase.
¡Y se lo agradezco en el alma!
Porque a pesar de que ando más perdida que una cabra en un velorio, chapurreando en spanglish, desempeñando un oficio completamente nuevo para mí y soportando chaparrones diarios... estoy encantada de estar donde estoy. ¡Creo que es la mejor decisión que he tomado en mi vida!
Estoy en un lugar precioso donde he podido trabajar de nuevo, aprender, conocerme más a mi misma y me he encontrado con amistades estupenda que me gustaría conservar por muchos años.
No he tenido tiempo de leer ni escribir, así que no creo que me dé tiempo de presentar mi relato al Taller de Relatos Románticos pero ayudaré en todo lo que pueda al resto de participantes. Amigos, estoy deseando leer vuestros relatos. Pronto acabará el plazo de entrega y podremos disfrutar con la lectura.

Gracias a todos los participantes del Taller


Aquí tenéis, con algunos días de retraso, la lista de los participantes del Taller de Relatos Románticos. El proyecto se inicia con 26 participantes, muchos más de los que Alma Eastwood y yo imaginamos en un principio. Quiero daros las gracias a todos por animaros a colaborar en este proyecto, por la ilusión y dedicación que mostráis, por las palabras de apoyo y consejos que dejáis en el grupo de Facebook... en definitiva, por vuestro apoyo y amistad.

El Taller no habría sido posible sin vuestra ayuda y colaboración, así que mil gracias chic@s.

  1. Alma Eastwood
  2. Ana Fernández Martínez
  3. Ángela María Fuenmayor Hernández
  4. Ángeles sin tinta
  5. Blink cuatro
  6. Casandra Abril
  7. Nos Gusta Leer Juveniles
  8. Yo misma
  9. Fairytale
  10. Felipe Lautaro Caullan
  11. Gabriel Díaz Barragán
  12. Hada Fitipaldi
  13. Iris Martinaya
  14. Ivonne Guevara
  15. JJ Campagnuolo
  16. Lu Librería de Ilusiones
  17. Maga DeLin
  18. Mariana Collins
  19. Lobo Blanco Nieves
  20. Nene Indreams
  21. Nina Neko
  22. Pasion Dleclib Rosas
  23. Rae Campos
  24. Romina Demicheli
  25. Silvia Cinta
  26. Virginia S. McKenzie

Poco a poco iré subiendo más información sobre cómo se va desarrollando el Taller: los relatos que participan, sus géneros, temas que van surgiendo...

Un abrazo y hasta la próxima entrada...

Cómo inscribir tu obra en el Registro de la Propiedad Intelectual


Algunas personas que participan conmigo en el Taller de Relatos Románticos me han preguntado si es necesario registrar sus relatos y cómo se hace.



No es algo obligatorio registrar nuestras obras pero sí muy recomendable ya que nos da fuerza legal si alguien nos plagia. Muchas veces se ha oído hablar de personas que han colgado relatos en blogs o webs, presentado novelas a concursos… es decir, difundido sus obras sin haberlas registrado, y después se han encontrado con sorpresas muy desagradables: se han encontrado navegando por internet que otra persona ha escrito una historia idéntica a la suya, o incluso que hayan llegado a publicarla. La única forma de hacer frente legalmente a situaciones así es presentando todo lo que hayamos escrito en el Registro de la Propiedad Intelectual.
El procedimiento es muy sencillo. Sólo necesitas (esta información es válida únicamente para los registros españoles):
  • ·         Tu obra impresa y encuadernada con gusanillo. Yo la imprimo con letra tamaño 12 a doble espacio y con las páginas enumeradas a una sola cara. Debes firmarla y fecharla al comienzo y al final del texto.
  • ·         Fotocopia del DNI
  • ·         Dinero para las tasas por los servicios prestados por el registro. (En Valencia me cobraron 11.48€ el mes pasado pero eso dependerá de la provincia en la que vivas)
Para localizar el registro al que debes dirigirte consulta esta página.
Si no puedes presentarlo personalmente en el registro también puedes mandar tu obra por Correos junto con los impresos necesarios y el resguardo del banco por el pago de las tasas. La pega es que no te dan el número de solicitud (solo pueden dártela en los registros de la propiedad) pero es perfectamente válido y puedes comenzar a difundir tu obra inmediatamente.
Si lo prefieres también puedes hacer la presentación por vía telemática (necesitarías firma electrónica) a través de esta dirección.
Otra opción que tenemos los habitantes de la Comunidad Valenciana es presentarlo en cualquier oficina del PROP (aquí tampoco nos dan el número de solicitud inmediatamente). Aquí tienes más información.
Después de ver lo que necesitamos para registrar nuestra obra y dónde y cómo podemos hacerlo os voy a explicar los impresos que tuve que cumplimentar al presentar la solicitud. A mí me los dieron en el registro el mismo día que fui a presentar mi solicitud pero también los podéis descargar en la siguiente página.
Yo solo presenté los dos primeros modelos que aparecen en la lista, es decir: los impresos “autores 1” y “obra literaria o científica” (en los dos impresos y en la obra encuadernada tiene que figurar tu nombre y apellidos y en el último impreso hay que añadir el seudónimo únicamente en el apartado indicado para ello, en el resto de los documentos cuando te pidan el nombre del autor debe figurar tu nombre, no el seudónimo).
Puedes comenzar a difundir tu obra inmediatamente después de haberla registrado pero el certificado puede tardar en llegarte a casa hasta unos seis meses.
En esta página web encontrarás las preguntas más frecuentes sobre la Propiedad Intelectual:

Espero haber resuelto algunas de vuestras dudas. 

Un saludo y hasta la próxima entrada.


¿Feliz y próspero año nuevo?




Acabamos de entrar en el 2012 y como cada inicio de año mi mente repasa los cambios que he vivido, los buenos y los malos, pero como el 2011 ha terminado para mí igual que comenzó se me hace una tarea muy aburrida. Por este motivo he decidido hacer un repaso de lo que ha vivido el resto del mundo.
El 2011 ha sido un año muy intenso (para algunos). El año del conejo según el horóscopo chino,  ha sido designado el El Año Internacional del Alzheimer en España y el de los Bosques según la ONU. Se han cumplido 100 años del nacimiento de Mario Moreno “Cantinflas” (grande entre los grandes, siempre lo recordaré con profunda admiración), 75 años del golpe militar contra la Segunda República que desencadenó la Guerra Civil Española, y 10 de los atentados del 11 de septiembre.
Entre los titulares de todos los periódicos y revistas que se publicaron el año pasado, se pueden encontrar aquellos que nos hablan de la entrada en España de la Ley Antitabaco; de los atentados de Lorca de 4.4 y 5.2 en la escala de Richter; de el movimiento 15-M; la crisis del pepino (que ya les vale a los alemanes); la dimisión de Camps para centrarse en su defensa en el caso Gürtel (que tal y como está saliendo el juicio, ya le vale a él también); la Jornada Mundial de la Juventud presidida en Madrid por Benedicto XVI; la erupción submarina en la isla de El Hierro; del cese definitivo de la violencia por parte de ETA (esperemos que sea cierto); Mariano Rajoy asumió la presidencia tras ganar el PP con mayoría absoluta y, lo más preocupante a día de hoy,  la elevadísima tasa de desempleo en España.
De  fuera de nuestras fronteras destacan el triunfo de la Revolución Egipcia tras 18 días de protestas por parte de los jóvenes que invadieron las calles del país; el terremoto de Japón de 9.0 grados en la escala de Richter y el tsunami que provocó el accidente nuclear en Fukushima; la beatificación de Juan Pablo II; la Muerte de Osama Bin Laden a manos de las tropas estadounidenses; la detención de Dominique Strauss-Kahn por delitos sexuales; los disturbios de Londres; la muerte de Muamar el Gadafi a manos de los rebeldes tras 40 años de dictadura y el fin de la Guerra Civil Libia; la dimisión de Berlusconi; el fallecimiento del presidente de Corea del Norte Kim Yong-II que es sucedido por su hijo y por supuesto, la crisis económica en la que están sumidos muchos países entre ellos España.
Se apagó la voz de Amy Winehouse; la genialidad de Steve Jobs; la valentía de Marco Simoncelli; se cerraron por última vez los hipnóticos ojos de Elizabeth Taylor y el cine español lloró la pérdida de Juanito Navarro, Augusto Algueró, Florinda Chico y María Isbert.
¿Cuántas cosas pasan en un año verdad?
Ahora ha llegado esa época en la que todos nos preguntamos: ¿y este año qué? Pues bien, en mi caso, yo espero irme a trabajar al extranjero porque aquí en España no hay manera. Antes recibíamos inmigrantes de fuera y ahorra nos tocas  a nosotros emigrar para buscarnos la vida. A los jóvenes (y me incluyo) nos llaman la generación perdida porque a pesar de tener estudios llevamos años buscando nuestro primer empleo sin conseguirlo. Por cierto, ¿sabéis que el 10% de los indigentes que nos encontramos por las calles arrebujados bajo mantas sucias y polvorientas, escarbando en los contenedores para encontrar mendrugos de pan o fruta podrida, esos mismos que son apaleados por delincuentes juveniles, tienen estudios universitarios y experiencia de sobra para ejercer un trabajo “importante”? Son gente como tú y como yo que por una cosa u otra se ven abocados a afrontar una vida que nunca imaginaron que les tocaría vivir.
Los datos, los hechos, que vemos todos los días en los medios de comunicación sobre nuestro futuro no asustan, acojonan que es peor. Pero no podemos resignarnos a aguantar la que nos está cayendo. Cela dijo una vez que quien resiste vence, y tenía razón.
Por eso yo me pregunto, ¿feliz y próspero año nuevo? Pues no lo sé, pero habrá que intentarlo.

¡Feliz Navidad!


Hace unas semanas estuve ayudando a mi madre a adecentar el trastero y entre cajas de libros viejos encontré algunos cuentos que escribí de pequeña. Durante un buen rato me perdí en las palabras garabateadas en el papel que trajeron a mi mente un buen puñado de recuerdos. Disfruté leyendo historias que inventó una niña hace ya algunos años. No son buenas historias, ni siquiera están bien contadas, pero fueron escritas con ilusión y cariño.
Me emocionó especialmente un cuento navideño que, aprovechando las fechas que se acercan, voy a compartir con vosotros. Por favor, cuando lo leáis tened en cuenta que son las palabras de una niña de doce años.



Pedrito era un niño muy alegre que siempre esperaba ansioso la llegada de la Navidad hasta que un día sus compañeros de clase le dijeron que Santa Claus no existía y dejó de creer en ella.
Sin embargo, su pena duró poco. Una tarde, mientras jugaba con su muñeco favorito, se dio cuenta de que el juguete... ¡estaba vivo!
—Te llevaré al Polo Norte a conocer al padre de la Navidad para que vuelvas a creer en ella —le dijo el muñeco.
Antes de que Pedrito pudiera decir nada, parpadeó sorprendido unos segundos y después vio a muchos hombrecillos vestidos de verde corriendo arriba y abajo, haciendo y reparando juguetes.
¡Son los ayudantes de Santa!, pensó.
Uno de ellos se le acercó y le hizo un gesto para que le siguiera. Durante un buen rato le estuvo mostrando como fabricaban los juguetes. Para los muñecos de plástico usaban moldes, en cambio, los juguetes de madera se fabricaban a mano. Los duendes tenían una habilidad increíble para convertir un trozo de madera en personas o animales que casi parecían de verdad.
Pedrito observaba todo aquello asombrado y de pronto alguien se le acercó por detrás... ¡era Santa Claus!
—Todos los juguetes que fabricamos aquí están dotados de vida propia y su finalidad es mantener la Navidad viva en el corazón de todos los niños del mundo y por eso, querido Pedrito, estás tú aquí.
El pobre Pedrito no supo qué decir así que solo sonrió.
De la fábrica de juguetes fueron al comedor donde estaba esperándoles la señora Claus que, muy atenta y amable, le invitó a probar sus galletas de chocolate y avellanas con forma de reno, árbol navideño y estrella de nieve.
—¿Qué quieres que te traiga por Navidad? —le preguntó Santa mientras le observaba devorar las galletas con entusiasmo.
—No quiero nada. Ahora ya sé que existes y no necesito ningún regalo que me lo demuestre —contestó Pedrito mientras miraba una bola de cristal con una base dorada que había en el centro de la mesa.
—Es una bola mágica y a través de ella puedo ver qué les pasa a todos los niños del mundo —le aclaró Santa Claus.
—¡Qué bien! —dijo—. Si algún día me pasa algo malo tú lo sabrás.
—Pedrito —le respondió el viejo con cariño—, hay que regresar a casa. He de prepararme para hacer el reparto de regalos.
De nuevo, antes de poder hablar, parpadeó unos segundos y se despertó en su habitación abrazado a su muñeco y cubierto hasta la cabeza por el edredón.
Había sido todo un sueño. La magia de la Navidad se había evaporado en segundos. Pedrito se puso muy triste, con los ojos llorosos bajó las escaleras que llevaban al salón y miró el árbol. Estaba lleno de regalos.
Pero ninguno de Santa, pensó.
—¿Qué, no piensas abrirlos? —le preguntaron sus padres por detrás.
Pedrito intentó mostrar entusiasmo, se agachó y empezó a abrir regalos y más regalos pero sin ninguna ilusión.
Pero de pronto, bajo todos aquellos regalos apareció un plato de galletas. ¡Las de la señora Claus! Y al lado... ¡la bola mágica!
Y justo debajo de ella, una nota que decía:

¡FELIZ NAVIDAD!


Como veis se trata de un cuento infantil que no tiene nada de especial. Sin embargo, al leerlo a mí me ha recordado algo muy importante: que nunca se debe perder la ilusión por nada y que siempre debemos creer en nosotros mismos, a pesar de los momentos duros y difíciles.
Así que... sed felices amigos, en estas fechas... y en todas las que vendrán.

Taller de Relatos Románticos



Hace ya un tiempo que mi compañera de afición Alma Eastwood y yo decidimos aunar nuestras fuerzas para ayudarnos a mejorar y aprender la una de la otra. Comenzamos a escribir un relato para que la otra lo leyera y corrigiera aportando consejos que enriquecieran nuestra escritura.
Nos ha parecido una experiencia tan grata y productiva que decidimos organizar un taller de relatos románticos para compartirla con todos aquellos que quieran participar uniéndose a nosotras.
Con ello pretendemos fomentar el género romántico, conocer a otras personas con nuestros mismos problemas e inquietudes y, en definitiva, crear un grupo de apoyo dinámico para personas autodidactas, amantes del género romántico y que estén dispuestas a disfrutar leyendo y escribiendo historias apasionantes.
No hace falta ser un experto en la materia, nosotras mismas somos autoras noveles, lo único necesario son las ganas de aprender y ayudar al resto de participantes. Dentro del género romántico, se podrán escribir relatos de cualquier estilo (histórico, contemporáneo, chick-lit, paranormal...) y extensión.
El taller tendrá una duración de un año para que aquellos autores/as que trabajen o tengan otros proyectos no se sientan presionados por los plazos de entrega de relatos y correcciones. Cuando finalice el taller se hará una recopilación en PDF de todos los relatos para que quien quiera pueda descargarselo gratuitamente de los blogs o webs de los participantes. También hemos creado un grupo privado en Facebook para comentar cualquier duda o cuestión que sea de importancia para el resto del grupo.
Las etapas del taller son las siguientes:
  • PERIODO DE INSCRIPCIÓN (finaliza el 31 de enero de 2012):
Hasta el 31 de enero se puede realizar la inscripción. Para ello me tienes que enviar un correo a dianehathaway@live.com con tu nombre y apellidos o seudónimo, correo electrónico y género o géneros en los que vas a participar (se puede participar con varios relatos)
  • ENVÍO DE RELATOS (finaliza el 31 de mayo de 2012):
Desde el momento de la inscripción hasta el 31 de mayo se escriben los relatos, se inscriben en el Registro de Propiedad Intelectual (para evitar problemas y ahorrar en tranquilidad) y se envían a la dirección de arriba.
  • PERIODO DE CORRECCIONES (del 1 de junio al 31 de agosto de 2012):
Se mandaría tu relato al resto de participantes y tú tendrías que corregir los suyos y enviármelos de vuelta con tu opinión, consejos... lo que creas oportuno para ayudar al resto de autoras a mejorar sus relatos.
  • PERIODO DE REVISIÓN (del 1 de septiembre al 30 de noviembre de 2012):
Te mandaría todas las correcciones que se hayan hecho de tus relatos y tú decidirías si hacer más cambios o no. Después me enviarías el relato terminado y a punto para la recopilación y preparación del PDF.
  • PUESTA A PUNTO DEL LIBRO DE RELATOS (finaliza el 31 de diciembre de 2012):
Durante el mes de diciembre elegiríamos entre todos la portada, presentación, etc. Finalmente te mandaría el PDF para que lo cuelgues en tu blog, web...
Si te “hace tilín” la idea de unirte al taller, tienes cualquier duda o simplemente ganas de probar a hacer algo diferente, puedes escribirme a dianehathaway@live.com o bien contactar conmigo a través de Facebook.
¡Anímate!

El canto de la sirena

Hace algún tiempo comencé un taller de relatos románticos. He estado buscando en el baúl de los recuerdos de mi disco externo y he encontrado algunos de los ejercicios que hice. Quiero compartir éste con vosotros.

Forcé mi garganta y mi voz se elevó sobre los gritos de los marineros y el chocar de las olas contra las rocas y los cascos de las naves. El mar se arremolinó a mi alrededor salpicándome con su sal. Tomé aire durante un segundo, dándoles un respiro a mis pulmones, y volví a cantar.

Katra, la bruja de los mares, me dijo que mi sitio, mi futuro, está fuera del agua, más allá del lugar donde el mar se funde con la tierra que tan inhóspita y peligrosa me parece.

Durante un segundo miré aquellas embarcaciones y a los marineros que luchaban por salir indemnes de la tormenta. Los había contemplado muchas veces y seguían siendo para mí criaturas extrañas y misteriosas. Nunca aprendí nada de los humanos y no sabía cómo viviría entre ellos. Tenía la esperanza de poder subir a una embarcación antes de llegar a tierra firme, estar rodeada de agua me haría sentir más segura durante mis primeros días entre aquellos seres.

Volví a llenar mis pulmones de aire y seguí cantando. Sentía como el mar se agitaba a mi alrededor, meciéndome como si bailara conmigo. Esa era mi despedida.

Antes de pensármelo dos veces, me sumergí y dejé que mi cuerpo cambiara de forma. Sabía que perder la cola sería doloroso, lo había probado de niña y me juré que nunca repetiría la experiencia. Sin embargo, ahí estaba, desgarrándome por dentro, soportando el dolor, reviviendo el momento más traumático para las sirenas después del nacimiento y la muerte.

Sentí como la mitad inferior de mi cuerpo se partía en dos. Intenté nadar, buscando un poco de alivio en el movimiento, pero lo único que conseguí fue sacar la cabeza fuera del agua y lanzar un grito atronador. Mi alarido se escuchó por encima de los truenos y supe que los hombres lo habrían oído.

Poco a poco el dolor fue disminuyendo a medida que el agotamiento se apoderaba de mí. Algo cambió a mi alrededor, el agua se volvió insoportablemente fría y me provocaba incontables pinchazos por todo el cuerpo. Todos mis músculos se agarrotaron y me quedé flotando inerte en el agua que se estaba amansando por el cese de mis cantos.

Poco a poco perdí la visión y los sonidos me abandonaron. Me encontré ciega y sorda. Pensé que moriría sola y sin ayuda de nadie y entonces, un fuerte golpe en la cabeza me hizo perder la conciencia.

Cuando comencé a despertar, sentí que temblaba de pies a cabeza pero una deliciosa calidez, hasta entonces desconocida para mí, me rodeaba.

—¡Se está despertando! —oí que gritaba alguien muy cerca de mí.

Me sobresalté y di un respingo por la impresión. Apenas me pude mover porque unos brazos fuertes y rudos me mantenían sujeta.

—¿Cómo se siente? —me preguntó en un susurro al oído, calentándomelo con su aliento—. ¿Se encuentra bien?

Su mejilla, áspera por la barba incipiente, rozó la mía y trasmitió un poco de calor a mi rostro entumecido. Me tranquilicé un poco al comprender que aquel hombre, por muy grande y rudo que fuera, no tenía ninguna intención de herirme.

Sacando fuerzas de donde no las tenía, conseguí alzar mi mano hasta colocarla sobre su nuca para acercarlo más a mí, para empaparme con el calor que desprendía su cuerpo.

—No me suelte —le supliqué con voz débil y entrecortada—. No me deje.

Como única respuesta, sus brazos se cerraron sobre mí con más fuerza, aplastándome contra un pecho duro como el coral y cálido como las aguas tropicales.

Sintiéndome más tranquila y segura, me dejé caer de nuevo en la inconsciencia poco después de sentir una ligera caricia en los labios, como el roce de la cola de un pez diminuto.